Jeje, un cop que sortim a la premsa s'ha d'aprofitar!
BARCELONA.- Pese a las caras de decepción resignada por la victoria de España de muchos clientes catalanistas al salir de algunas tabernas de Manresa, algunos petardos esporádicos irrumpen en la normalidad de la ciudad, impropia de una noche de fútbol de altos vuelos.
Las calles están llenas toda la tarde en Manresa, cuna del nacionalismo catalán, 64 kilómetros al noroeste de Barcelona. Se respira el ambiente de un domingo veraniego en las terrazas rebosantes desde primera hora de la tarde. A las 20.45 horas, a priori, todo tiene que cambiar. ¿Todos a casa y a los bares a ver España? Ni una camiseta de la roja anuncia noche grande de Eurocopa, de vendetta contra Italia. Llega la hora y las calles siguen llenas, las jovencitas apuran sus helados y los ancianos del lugar continúan sus tertulias, sus partidas de domino.
¿Dónde están los bares llenos para la ocasión, vestidos de España con motivo de los cuartos de final? Sí, está la peña sevillista de Manresa y un doner kebab donde decenas de magrebíes siguen atentamente el partido. Por lo demás, indiferencia.
En el bar L'Havana, hervidero de nacionalistas apasionados cuando juega el Barça o la selección de Cataluña, predomina un tono sarcástico en la decena de jóvenes que censuran casi todos los comentarios de los narradores del partido y especulan con el final más cruel para España. Con largas melenas, barbas de días y camisetas con proclamas en vasco y catalán, reconocen que apoyan a Italia y que incluso sus amigos más futboleros pasan del partido de hoy.
En la Taverna dels Predicadors el interés es más calmado, menos radical. Pero, aun así, se oyen aplausos en las primeras llegadas de Italia. En un grupo de cuatro adolescentes, sólo un castellanohablante se muerde las uñas. Sus amigos se burlan de él, uno de ellos con un polo de la azzurra, y aunque más relajados vibran más con las acometidas de Luca Toni. Pero él aguanta: «Aquí, o se apoya a España o a nadie», y el resto sonríe. Cuando llega la ruleta rusa de los once metros, las burlas suben de tono. «Que pierdan fallando el último penalti, que j... más», comentan en la sala, mientras uno de los chicos ríe ante el plano de Su Majestad el Rey. «Mira, aquí tenemos a nuestro Jefe...». Y las carcajadas retumban.
2 comentaris:
notícia del Mundo del passat 23/06/08
Doncs realment sí que hi ha una diferència bastant gran quan vius a l'entranger, sobretot perquè l'eurocopa aquí a Alemanya ens ha influenciat tant el nostre temps lliure! cada dia trucar a la gent a veure on quedem per mirar el partit, a la feina ens han deixat entrar una hora més tard després dels partits d'Alemanya, etc.
Clar, quan no és té equip a qui animar, perquè haurien de canviar els hàbits del temps lliure d'un?
Visca Manresa!!!! ;)
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